miércoles, 1 de mayo de 2024

Moscú no es Moscú

Moscú como un mapa de hormigas
estrechándose en cuellos de botella.
Moscú como un infinito de puntitos negros
invadiendo un lienzo cuadrado y blanco.
Moscú como algo que fue y que está siendo
pero que nunca será lo que busco.
Moscú como un universo donde cada día
reconozco nuestra derrota.

Qué lejos el futuro de estas avenidas.
Qué lejos un cielo de nubes amables.
Qué lejos de estar lejos.
Qué lejanía esta que amanece a nuestro lado.

Camino en silencio.
Todo está en silencio.
Las bombas caen en silencio.
El mundo huye en silencio



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Que se adapató así en ruso:


miércoles, 24 de abril de 2024

El desierto está ahíto de sed...

El desierto está ahíto de sed.
Ya todo se pone verde,
urgentemente verde,
desesperadamente verde,
intentando cubrir así el ruido gris
del tiempo que vivimos.
Ya no miro paisajes ni montañas
con los ojos sino con la rodillas.
Ya entiendo que más allá
de esas cumbres azules
en la distancia
no deja de haber un perro
siendo ahorcado,
una aldea siendo arrasada
un beso siendo vendido
en el mercado.
El desierto está ahíto de tanta sed
y nuestras ciudades
tan llenas de vacío.



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Que se adaptó en ruso así:





miércoles, 27 de marzo de 2024

mi casa será un palacio infinito

he sabido y sigo sabiendo
que las víctimas son los verdugos
y serán las víctimas
y serán los verdugos
y sus heridas son las heridas
de su propia mano
de su propia boca
de su propias palabras
de su propio futuro roto

la queja y el lamento
no se distinguen en la distancia
de la orden de fuego

las montañas de muertos
las pilas de cuerpos
en fosas comunes
en montones listos a la antorcha
los masacrados en dolor en injusticia
no tienen rostro
solo tienen nalgas piernas torsos
una informe argamasa para construir
la ausencia de fe

voy a levantar una casa
no de ladrillo hueco donde tiembla el sonido
donde no hay distancia
voy a construir una casa de piedra
y cada piedra será el nombre
y el cuerpo de una criatura muerta
en esta vorágine absurda y cruel
un muerto una piedra
una cuneta de huesos un tabique
un cementerio una habitación
mi casa será un palacio infinito

martes, 12 de marzo de 2024

Tendréis que disculparme

tantas personas merecen la muerte
tantas personas valen menos que una lombriz

la lombriz es útil airea y abona la tierra
acaba con los residuos
alimenta a todos y todo

en un ciclo natural sin mala intención
y por eso sé que no debo desterrar la idea
de exterminar a Hannibal Lecter

por muy culto que sea
por muy sensible que se muestre
por mucho que recuerde fotográficamente
el Duomo de Florencia

tantas personas que no llegan a animal
tantas que no merecen el aire

internet nos iba a hacer mejores
toda la información a un click
y con ello un rumbo
pero el lumpen con móvil de mil euros
nunca encuentra ese click
para saber por qué es lumpen

dejar de ser niño es exclusivamente
comenzar a sobrevivir
cuando llegue el momento y ya no sean niños
pero sigan empuñando con furia navajas

seguiréis diciendo que su rescate es posible
porque precisamente ya no son niños
sois el jardinero en el desierto
que llega a un lugar donde ya
no se puede siquiera imaginar el agua
una enorme extensión de nada
que hasta la muerte evita
por no sacarle beneficio
porque morir allí es absurdo

tendréis que disculparme si pienso
que algunas personas nacen y mueren torcidas
que hay gente que llega a los dos metros de altura
que hay gente que disfruta cortando cuellos
y abriendo piernas a cuchilladas

tendreis que disculparme
si yo también tomo un cuchillo
y obro en consecuencia


Adoro los lunes

Adoro los lunes por ser pura materia,
por ser la esencia del motor de la historia,
por no dejar hueco al desenfreno de las bestias
que el mercado dicta cíclicamente cada viernes.
Amo los lunes porque entonces las manos se mueven de verdad,
porque las bocas se abren de verdad,
porque el lunes enfrentamos lo que hemos podido ser
con lo que estamos siendo cuando tenemos un objeto.

Adoro los lunes por su realidad de piedra,
su verdad de roca, su potencia de barro,
de voz, de cielo, de nubes: adoro los lunes 
y su soledad tranquila en la montaña,
su rozar algo en el ADN,
su viento que trae mil historias
a cada cual más desconocida;
algo que nos roza en lo profundo,
algo que toca nuestra sensibilidad,
algo que nos pone en alerta,
algo que nos hace recuperar por unos instantes,
levemente, lo que era estar vivo,
lo que era trabajar y cambiar el mundo,
lo que era derribar un árbol para tener una casa,
lo que era el fuego, lo que era la comunidad,
lo que era el futuro cuando lo tomamos firme.

Adoro los lunes por traerme más libertad
que la ofertada por el sistema, la del fin de semana;
porque me acerca más a lo que soy
que el tiempo libre que la máquina nos brinda
hipotecado a partir del viernes al mediodía
Adoro los lunes porque entonces se puede pensar:
el ruido ha cesado, lo salvaje deja de cumplir
su papel narcótico y mercenario,
podemos vislumbrar un camino en la niebla.



sábado, 9 de marzo de 2024

Qué mejores paredes que la ausencia de vecinos

Qué más pedirle a la vida,
qué vida más perfecta posible,
qué vida más ideal
que poder ir leandando a los sitios.
Ir despacio
porque nada es urgente.
Nada es urgente bajo el agua.
Nada es urgente sobre las nubes.

Dar un paso tras otro
porque entendemos esta esfera,
y su música nos alcanza por fin.
Dar un paso sin necesidad de dar otro.
Que el camino no sea un medio
sino un objetivo,
porque no hay metas sin sentido
ni una llanura de oro tras las montañas.

Si la vida es esto que apenas empieza ya acaba,
si la vida no es lo que somos sino lo que fuimos,
qué mejor fiesta que todas las fiestas
y todos los libros, y cada tarde en silencio
tras las barricadas que fueron necesarias,
los actos necesarios que siempre dejan
algún tipo de rastro y que se suman
gota a gota a este mar.

Y si eso, ya viviremos después
en todo lo que dimos al mundo.
Y mientras, poder andar tranquilo
con un libro en las manos
sin miedo a que el cielo caiga,
sin miedo a perder los pasos.
Con la certeza de que nuestra mirada
no rompe el aire alrededor.

Qué mejores paredes que la ausencia de vecinos.
Qué mejores vecinos que los que respetan
la ausencia de paredes.
Qué mejor vida que la que se recuerda
tranquila una vez acabada.



viernes, 8 de marzo de 2024

Seré la primera rata que abandona un barco de ratas

No poder definir ni predecir el mundo,
siquiera construirlo, porque todo es vapor.
Me siento siempre habitando el radio más interior
de una explosión que apenas comienza.

Seré la primera rata que abandona
un barco de ratas que se creen personas.
Soy el gato que confuso percibe
ya el terremoto mientras
los restaurantes rebosan de bocas abiertas
que degluten, mastican,
lanzan carcajadas obscenas
entre salivazos de carne mascada.

Estoy en el “sí, pero” antes que
en los “y aún así” y “a pesar de”,
y por eso:
los "te he tocado acaso", los "es sólo un minuto",
los "tampoco es para tanto", los "todo el mundo lo hace",
los "siempre se ha hecho así", los "así son las cosas"
componen el primer grito de guerra
de quien lanza una bomba nuclear
sobre una alfombra de escuelas y juegos
sobre un humus de gente que brota
sobre ciudades donde queríamos enraizarnos
sobre libros que nunca serán escritos
sobre todo lo que se puede arrojar bombas.

Aún no han volado en pedazos las casas
pero ya volaron en su momento y volarán de nuevo
porque algo está muy torcido en lo que decimos,
porque algo amanece roto cuando despertamos.