jueves, 12 de marzo de 2020

Micropoema.

Exprópiese






_____

En Madrid se están mandando a casa a enfermos para hacer hueco a los contagiados de coronavirus, no hay camas ni médicos suficientes. La sanidad privada, que tiene más hospitales que la pública, deriva a los contagiados a la pública y en algunos casos cobra por hacer pruebas de contagio. Esos hospitales y recursos se generan con el dinero de los trabajadores, porque el trabajo es el principal generador de riqueza. Esos hospitales sin uso nos pertenecen.

miércoles, 4 de marzo de 2020

Desbordamos los límites del mundo

Nuestra rebeldía desborda los límites del mundo:
esperamos una vivienda, un futuro, una lluvia
en su momento correcto.
En el ruido y la furia monetizados
no hay rebeldía, sólo el grito absurdo
del esclavo satisfecho, aullido
en redes que no atrapan nada,
que solo queman nuestras vidas.
Facebook como arqueología y eco del hecho.
La memoria, necesitando constante adblocker.
Tripofobia inevitable
cuando nos han convertido en agujeros.

Habéis conseguido hacer del mero respirar limpio
un acto a contracorriente,
pues os empeñáis en joderos la salud;
acudo al exilio y la distancia como respuesta,
como ruptura.
Siempre estoy al borde del abandono por absurdo.
A veces ignoro vuestras zancadillas y empujones
al filo del acantilado sin cierre;
otras, me carcajeo ante su miseria intrínseca
y salto por voluntad propia:
a fin de cuentas, siempre será mejor la nada
que el disparo, el salivazo, el adiós.

Supongo que es necesario olvidar las palabras
de quienes quieren que olvidemos las palabras,
y de quienes les hacen una corte de espejos.
De quienes quisieron actualizarse y lo perdieron
todo en el proceso, pues
todo era una gran estafa, un caballo de troya.

Sólo resta llorar.
Sangrar como manera de purgar el veneno.
Y en ello estoy,
estoy a punto de llorar con esta música.
Luego recuerdo que me hallo escuchando
la creación aleatoria de un algoritmo: 
me rompo así en lágrimas, definitivamente, 
por culpa de una máquina
que ni sabe que existo.
Abandono el plural mayestático
pues detesto la hipocresía
de quien se esconde en la masa,
de quien se pretende universal,
símbolo, resumen, espejo;
de quien, cobarde,  busca complicidad
incómodo en su desnudez,
necesitando un nosotros.
Tengo que reconoceros, no obstante,
que parir un hijo es una excusa perfecta
para vestir de oro esa cobardía de acaparador
que aspira a la inmortalidad.
Una buena venda de ilusionista que intenta su truco.

Así, donde voy no hago lo que veo, 
porque veo cuchillos rasgando los gritos o
porque no veo nada, cegado de nadas,
ahito de brillos sin materia.
No hacer lo que vieres y así ganarte el exilio.

Me sigue fascinando que os detengáis en cada línea
cuando el mundo es un ovillo de caos
alambrado de espinas
y el amanecer un arañarse los iris
al comprobar que seguimos en la casilla de salida.