jueves, 29 de noviembre de 2018

Temed a los viejos...

Temed a los viejos, pues olvidan y recuerdan a cada instante, pues sin sombra se aproximan a cualquiera, y cuando estallan, lo hacen con la rabia
del tiempo más pesado. Saben lo que viene, conocen lo que marchó. Un viejo que sabe y recuerda y no calla, es la llama que hace girar el planeta. El resto es viento, a veces desatado, sí, pero sopla yermo en una roca inerte y erosionada. Temed a los viejos... los viejos que no ceden sí son semilla de futuro.

domingo, 25 de noviembre de 2018

Despertador

Madrugo y me cunde mucho
el odio de clase.
Café con tostadas es el nombre de Dios.
Soy torrente, tsunami cada mañana.
No quepo en mí y el día es eléctrico,
aún mi sonrisa es una muralla.
Sentimos la realidad
como un teclado diminuto
en el que torpes tropiezan
trastabillando
nuestros enormes dedos
de troll abandonado.
Llega la pena después.
Mi pena es de estación,
línea gris circular,
calendario constante
sin paradas,
pues el clima está cambiando
y el verano nos desborda
y el invierno nos desnuda.
Llevamos un mundo
raído en nuestros corazones.
Lo acompaña una quimera
y la queremos futuro.
Y va a ser que no.
Anhelamos entonces
la impermeabilidad del brécol,
cerebro al que todo le resbala;
la lluvia le resbala…
Es su alimento la lluvia...
y le resbala.
La única luna que tocamos
es la del baño con su niebla
borrando nuestro rostro,
y a machetazo de dedos
la desvestimos de vaho. Madrugamos y construimos el día
para que al acabar,
no haya sido en vano.




viernes, 23 de noviembre de 2018

Destruir el poder

Así que tomar el poder es intrínsecamente malo:
no importa quién lo tome ni para qué lo tome.
Mas, obra divina, el tabaco no es inherentemente
broma asesina y absurda: debe tener alguna ventaja,
para nuestro bienestar… o algo.
Muéstrame las maldades de dirigir el futuro,

muéstramelo entre los miasmas de carcinoma
que borboteas. 
Al poder le encanta la idea
de que no queráis tomar el poder.
Está cómodo como el viento de marzo
desordenando bosques,
frente a vuestro de deseo de evaporarlo.
Sabe que vuestro pulgar oponible
es la mejor garantía de la voluntad de poder.
Destruir el poder, propones…
y no hay mayor acto de poder,
ave fénix y triunfante, genética,
satisfecha en sus propios escombros.

El acero es una cama de hospital,
el acero es una bayoneta borrando recuerdos

martes, 20 de noviembre de 2018

Sueñan las ovejas con androides biológicos

Cuando del trabajo borren nuestras manos,
habrá que abrirse de piernas
porque el hambre es la mayor inversión
del oligarca.
Y aún así, vaginas y labios biónicos
recibirán suspiros eyaculados.
Será el triunfo del fénix inverso,
de este demencial uróboros
devorándose hasta el origen.

Veinteene

Dicen que moriste en la cama;
me asalta la duda,
pues esta mañana
eres colonia de hongos en mi calle,
ensuciando sus balcones
con babas de oro y grana.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Senectud

Callar en el momento de exacto movimiento, 
y no ser así elefante pintor en la poesía. 
Ya llegó el tiempo de las quejas, 
de las dolencias de anciano. 
Crujidos de fondo en la travesía. 
Pues el verso ya no es grito, 
sino sudor o arruga o mano. 
Tener que leer Perito en Lunas 
con gafas y diccionario. 
Y en el sigilo del paladar se cuelan 
las sílabas de mañanas soñados. 
Que no tengo la culpa de ser cactus 
y solo expresarme en el silencio de mis púas. 

Pasillos “del médico”, oleaje de azulejos. 
Minutero de lluvias, noches de versos 
a pedal, y a pedal pasan los años 
y su quehacer de búsquedas. 
Soleado de cafés el mediodía pleno, 
esos cafés que en el lecho de muerte retornan, 
trayendo alegría por los buenos recuerdos, 
las dignas palabras, los mejores besos. 
Cafés que pincelan el fogonazo del fin, 
que aguarda con su cuchillo de alientos. 

Y elijo mis traumas, 
los que permito que me controlen. 
Vivir bajo el lema de mierdas las justas, 
aquí no queremos buscarnos la vida, 
sino en cabal geometría organizarla. 
Olvidamos romper techos de cristal 
y habitamos la certeza del bosque. 
Es en el golpe, en la batalla 
donde los mejores versos nacen; 
me hundo en la cama, bajel madrugada, 
y pienso en la columna, en la camarada, 
puede que el naufragio se la haya llevado... 
pero ella es el mar, con sus “¡Hola!” de plata. 

Los calendarios siguen girando… 
y al cierre del día en las trincheras 
bajo la luna cierro los ojos pensando 
en el desayuno de savia al amanecer; 
mi estómago aumenta su órbita, 
intenta repetir cada alba 
ese roce de mantequilla y miel, 
la alegre esperanza del día sin memoria. 

Sí, es esta ceremonia la tierra del ayer, 
la nube que mueve la balanza. 
Sí, son palabras como raíces, 
que darán un fruto para otras miradas.



miércoles, 14 de noviembre de 2018

"Llegó el otoño" con base


martes, 13 de noviembre de 2018

"Mi hija, anticuerpos, virus" con base


Mi hija, anticuerpos, virus.

No crecieron las barricadas,
medraron los desahucios,
contratos en fraude de alga,
nos trazan el camino para ser putas
y pagar también la cama.
La banca gana.
La derrota es total,
y además, empoderada.
Como el idiota que pide más Europa
después de Auschwitz,
después de la reconversión
y los parados, los recortes,
las bombas sobre Libia y la red Gladio
y las burbujas escoltadas de concertinas;
el idiota que pide más Europa
después de Maastricht, Gaza y Syriza.
¿Cómo enseñar ética a un virus?
Así no te pintaré en el mundo,
futuro serás flotando para siempre
en la potencia del útero.
Porque en cada cigarro me abismo,
me pierdo
en el mismo genoma sin salida;
la grieta invade mis uñas,
la sombra confirma toda voz:
damos vueltas, giramos
como arañas cojas
y su grito sordo.
Nuestra leve casa, nuestra
morada de tela liviana
tan bella y destruida,
tan de verdad y tan de mentira...
Buscando el aire,
abrimos las hojas
y penetra la ceniza…
No nos consuela ya la excepción,
sólo confirma tristísima
su gesto inútil de grulla.
No crecieron los disturbios
o los consejos obreros
tomando las fábricas.
No brotaron las asambleas asaltando la bolsa,
y en su lugar jugamos con arcoiris inocuos
en los breves lapsos de calma
que la tormenta migajas nos arroja.
No te vestiré en la ética del virus.
No traeré tus dientes a esta sima.
No haré del barro donde morimos
fantasma de vida que tejemos.
Se ha diseñado esta pérdida
en viveros sometidos
a la lógica del metal que tintinea,
y los bolsillos nos acogen
con su inevitable fosa.
Hacen del talud pradera
y les siguen el juego
los ácaros de las poltronas...
Así:
no jugarás al corro de la patata
en su ajedrez de mármol negro,
oscuro azogue de tumba hipócrita
y gesto obsceno de oligarca.
Opto por deprimirme, Europa,
en tu zombie triste y crucificado,
vago por la singladura quebrada
de costas sin estío ni arena,
que traza el invierno con nieve
de termómetros amenazantes,
y frutas extrañas flotando en tus olas,
manos rotas en la violencia de los barrios,
y la cucaracha que no cesa su rumiar
en las cloacas, sonido de bala aguardando
la puertas abiertas del odio y la ira.
Así:
juega al guá con las nebulosas,
enchola una supernova en negro agujero,
lanza tu peonza de cometas,
sueña polvo de astro, respira estrellas,
quédate lejos,
que no acuda tu nave de risa a esta playa,
deja tu boca de osa mayor colgada
en mohín cósmico de incansable lucero;
que cuando llegue el momento
podamos encontrar tu norte de brillo
en nuestro inevitable naufragio,
nuestro periplo de delfín en el desierto.

jueves, 8 de noviembre de 2018

Llegó el otoño...

Llegó el otoño de humedad templando brisa,
escopetas vomitando muerte y mierda
entre brechas de escombro abiertas,
arena mojada que rodea del barrio la huida. Llega el otoño y el espejo a nuestros pies, el insomnio y el sueño en liz de tobogán.
Cierra las manos que guardan su cristal,
abre la dermis con ráfagas de viento y miel.
Medir el día en tazas de café acogedoras,
oculto el esbozo del tiempo en un teclado, el segundero vencido del reloj agrietado,
arrojando surcos duros en cada sombra.
Si llueve nos encogemos y espesamos en asfalto,
perdemos abyectos el derecho a respirar calles,
nos disolvemos entre horas punta y horas valle:
las voluntades y sueños se trocean en mercados.

Cuerpo erosionado

¿Un cuerpo erosionado es un cuerpo que ha vivido
o es un cuerpo malgastado, torturado y consumido?
Desde las murallas, sus voces de sirena sin espuma,
nos empujan a unas noches sin ventanas y sin luna.
Pasos de ceniza son medallas en la escena;
la piel se cristaliza queriendo ser eterna.
Y los golpes son oxígeno de esta atmósfera de lutos,
quisimos ser oceáno, pero secamos el mundo.
En la sal quedan historias, en el óxido canciones,
olvidamos las gaviotas y sus migraciones.
Y ya no hay marcha atras, es el triunfo de este virus,
nadie recordará, lo mejor será el olvido.
------------------------------------------ Esta es una letra para Reflector:


Cabronías (III)

De la piel pa’dentro no mandas tú.
Nunca has mandado tú.
En tu hambre no mandas.
Tampoco allí mandaste jamás.
Mandan los bancos y su látigo
de tres colas tornasoladas.
----- Enciendes un cigarro y se levantan
vallas y concertinas entre ambos. Enciendes un cigarro,
me siento mosquito gaseado. 
Es este un orbe de adicciones
absurdas que nos reducen a fango.

----

Fotos de guitarristas aferrando el instrumento
con poses intensas, con caras de orgasmo;
parecen blandir enormes penes
contra los focos. --- Ay, esa gente que sólo calla
al quedarse sin cobertura...

---
Hacéis funcionar autopistas y huertas,
máquinas de rayos x y neveras,
imprentas y escuelas,
cada día, sin esfuerzo, sin pensar,
es lo que hacéis y sois
en el flujo de mercancías.
Pero os aterra asumir
que sin un patrón
haríais lo mismo, esta vez
viviendo bonitos colores
que danzarían en vuestras manos.

lunes, 5 de noviembre de 2018

Las cosas visitadas

Nada nos parece tan bueno
como las cosas visitadas;
allí hay barandillas, un tejado,
un reloj.
El crisol como capricho derramado,
fútil echar el freno:
habitan dragones tu boca
y en mi frente se aloja,
imparable,
un lápiz de estrellas.
La parábola pierde su razón.
El hielo como megalito incógnito:
nos abandonan abejas y gorriones,
hastiados, secos, los pobres,
pobrecillos...
El silencioso futuro aguarda.
El silencioso futuro
con frío desnudo, de cosmos.