jueves, 31 de enero de 2019

Evento solidario

Estaré haciendo cosas como Alminimal o Lágrimas en la lluvia, improvisando y recitando y yo que sé, animando la recogida de productos, en este evento el próximo viernes... Si te pasas a ver los vídeos, a informarte, a escuchar musiquilla en directo, traete algún paquete de alimento no perecedero.


lunes, 28 de enero de 2019

HARDCORE


Me encierro durante días en un estudio
que apesta a rabia, a café y a culo,
y allí, en lo imposible, conecto.
Enciendo las redes y me quedo todo pez:
otro grupo de punk ESPAÑOL
escrito con caracteres escandinavos.
Ya está bien con la broma, joder.
Para qué editar mi música en formato físico
si no hay espacio en las estanterías
ni para los ácaros,
y no me lo tengo tan subido,
y lo que hago no le interesa ni a mi perra.
Aquí todos pillan ostias o cacho menos yo,
que me escabullo.
Me exigís contexto y razones para mis gritos
cuando vivís en la inercia y la falta de preguntas,
la ausencia de historia y de materia.
Cómo confiar así en nadie de ese mundillo
de egos subidos a escenarios...
A ver, ni de coña voy a tirar la primera piedra
y por eso le hago un Larry David
a quien se acerca sonriendo.
Cómo será la cosa que me ofrecen editarme
y sólo veo una estafa en desarrollo.
Treinta años en esta mierda y por eso puedo
confirmar su condición de tal.
Todo el mundo dejándose los cuartos
por las bambas de un icono del hardcore;
a mí me las regaló una loca
y ahora las calzo con otro cuento bien distinto.
Pedaleo mentalmente si nos sale un bolo,
a ver cómo llegar allí sin darle al contacto
y reducir un poco nuestra huella de carbono.
Rodeado del bramido perforante del progreso
(mataderos, atascos, martillos neumáticos,
árboles abatidos y disparos sin razón,
grúas chirriantes que son huesos de la burbuja,
aviones de guerra despegando sobre radiales)
¿osas llamar ruido a mi banda de hardcore?
Ojalá el mundo como un pedal de distorsión,
pisar fuerte y que empiece la tralla.
Ojalá unos timbales a medio tiempo
demoliendo las columnas de Dios
y las cúpulas del dinero.
Ojalá siempre un agujero con chavales
airados y escupiendole en la cara al veneno,
chavalas con mirada limpia y conciencia de clase
apretando los puños a velocidad de vértigo.
En el grito encontramos todo,
en la velocidad la calma necesaria.
Yo me lo guiso, yo me lo como
y levanto pequeños hitos de poca monta
que se perderán en teléfonos
y a lo sumo provocarán sonrisillas
irónicas y sarcásticas.
Ok, de acuerdo, es así, lo acepto y no espero otra cosa.
Estoy cansado. 
Grietas en mis codos y en mis dedos.
No puedo saltar ya con el bajo por el sobrepeso.
Pero no he dejado de caminar en treinta años.
Aquí os espero.


.........
(Sí, aquí he reciclado algunas cabronías).

viernes, 25 de enero de 2019

Cabronías (VIII)

Poetas cuya poesía, literalmente, da cáncer,
pues no sueltan el cigarrillo nunca.
Ni cuando les falta el aire declamando.
Qué debilidad tan abrumadora
y asesina de esperanza.

Cómo esperas que me avergüence de la casa que habito,
si sus cimientos son el sudor y los riñones de mi padre,
su calor el del valle cereal y de dura roca de mi madre;
si tengo la suerte de escucharlos discutir y bailar
sobre mi cabeza cada día.

La primavera se despierta:
el sol sale tierno del horno 
y se posa en los campos:
huele a mierda por todas partes.
...
Y cuando me cruce contigo
miraré al suelo y no estarás,
así nadie se sentirá ofendido…
Depende de tu humor
el objeto y alcance de mi mirada.
...
Esos fascistas que van de obreros,
pero que siempre lamen ingles de cacique
cuando llega el momento,
como ha dejado bien claro la historia.
...
Un hombre me grita a lo lejos
y no sé quién es.
Hasta que reconozco a su perra.

Me viene la inspiración como al que sufre de próstata: me despierta por las noches, siempre es urgente y me escuece la vida en ella; siempre es escasa, y me deja a la espera.

En el reparto del mundo
hay quien acaricia gatos,
y por allá abajo se escucha
a los que comen cucarachas
...
No recuerdo haber dicho nunca a nadie
que me la chupara.
Vosotros no queréis y a mí no me interesa,
porque todos me haríais daño con los dientes.
...
Me encierro durante días en un estudio
que apesta a rabia, a café y a culo,
y allí, en lo imposible, conecto.
...
Recorrer el pasillo en la noche a ciegas.
Descenso a la nada,
a la primera forma de vida.

Calcular mal el hielo...

Calcular mal el hielo
para así descansar un poco
y dar el mundo por perdido.
En el cielo no hay respuestas.
Te aseguro que en mi casa
nunca faltará el café
porque en esta habitación
todo empieza o continúa.
Cuando mi teléfono quiebre
buscaré el mejor modelo
para la poesia.
Las palabras más banales
también son cáscara de algo enorme,
aunque sea una enorme nada.
Todos tus hombros gastados.
Aceras como rocas de Sísifo.

miércoles, 23 de enero de 2019

Hartita me tenéis...

Hasta que no me peguen por haber escrito
no consideraré que lo que escribo es bueno.
Cansada y vencida y decidida a caer,
como un leño arribando a una playa de grava
tras zozobrar semanas y tormentas.
Mira, sí, estoy bien cómoda subida al árbol
y señalando vuestras mierdas.
Me he ganado este tiempo y lugar,
como me he ganado este cansancio
y luzco mi amargura como una cruz de hierro.
Haré como Fidel aconsejaba:
me quito de en medio para no evitar
vuestro fracaso.
No estorbaré y callaré tan a menudo
que me pensaréis muerta,
pero será por no volcaros mi bilis,
que reservo para estas líneas.
Prometo no salir a escena y romperos el tejado,
no merece la pena si camináis por hielo quebradizo
y vaciláis con pies de barro.

Dejadme al menos estas líneas
para rumiar y batir mi hiel,
tengo derecho a mi espacio
aunque en él me falte el aire.
Te veo más confuso que la cigüeña
cuyo invierno se desplaza
hacia polos desorientados.
Más tonto que un niñato
macarreando con la moto.
Hinchado y perdido como un corcho
en olas lejanas.
Puedes seguir hablándome de arte,
tentar así a la suerte a ver si me follas,
pero con toda tu paleta de saliva
no te vas a comer un Rothko.
Puedes seguir jodiéndote la salud
en tu afán de entrar en muchos coños
aunque se te caiga el pelo,
y como decía un grupo punk hace tiempo,
hablar en femenino para alcanzar mi chumino.
Todo vale, todo cuela en su contexto
cuando el contexto es el vacío.
Amanezco y desde temprano me cuido.
Reflejos de vidrio laceran asfalto.
Los operarios emulan al viento
soplando las hojas caídas del parque.
Sol, caliéntame la vida
y descongélame el culo.
Templa la tendinitis de mi hombro,
y prometo no volver a forzarlo
en mi ridículo intento de cargar con el mundo.
 
Asalto el amanecer con una braga en el rostro,
miro el cielo sucio envuelta en vaho,
pero las nubes evitan mi barrio
por miedo a soltar toda su carga.
Sólo me quedan seis para alcanzar cincuenta.
Por todo temo y en nada confío;
miro al cielo sin nubes pero espero tormenta.
Será cuestión de perder el miedo y soltar los puños.
Aprende de la más pro, soy dueña de mis callos.
Correr por un bosque cubierto de hojas
quizá sea bonito pero tiene sus riesgos
a menos que adores comer barro
y tengas en casa repuestos de tobillo.
Mañana de hielo y promesa;
la contradicción que nos cabalga,
porque hace frío al no haber lunes,
aunque las nubes hayan huido
y el sol destelle.



Ácaros

Cepillar la ropa y matar miles de ácaros.
Así de sencillo es el genocidio,
algo tan de beneficios,
tan de economía y resultados.
Imagínate ahora que te pagan por ello.
Imagínate que haces millones
deshaciendo millones de gargantas.
Es fácil.
Sólo tienes que ver a tus vecinos
como insectos, gusanos, artrópodos.
Luego todo va a tiro hecho,
a bomba lanzada,
a quemarropa la pluma en el contrato.
Así se empieza, así se acaba.

Punk de adosado

He cumplido media vida y por lógica los frutos van cayendo.
Hay quien confunde eso con vivir robando plusvalía.
Me pongo a grabar hardcore y me arrugo:
no puedo gritar de rabia con hambre.
Y comprendo, idiota, que niego la historia
hasta el momento presente.
Mi amiga, la larva: gracias por tu mala hostia.
Voy a comer algo y luego algo más.
Los dias sin curro… puf, no hay color,
aunque no caigan monedas en el bolsillo.
Incapaz de controlar mi espacio en el reloj
constantemente me golpeo las manos
con los pomos de las puertas,
las rodillas con todos los escritorios.
Siempre encontrarás una bici al lado de mis carteles.

Me llamas punk de adosado,
pero no soy punk y vivo en un garaje,
me despierto siempre en la humedad del sótano.

Abro mucho la boca y no tengo media ostia.
Molesto y persistente, como la memoria muscular
de un puñetazo mal dado.
Le pego al saco buscando épica,
acabo sudado y satisfecho,
hasta que en vista cenital el universo
me advierte del absurdo y de mi nada,
de mi físico errado y su decadencia.
No me hables de cuidados, relatos ni afectos,
prefiero el pan diario y la tierra bien hollada.
¿Es mucho pedir que leas bien tu poesía
y no que grites muy despacio?
Saco a la babosa de su cárcel de plástico
y la libro a la helada con remordimientos.
Soy blando del copón, espero amortiguar impactos.
Tú caliente en casa, yo afuera con los osos.

Me llamas punk de adosado,
pero no soy punk y vivo en un garaje,
me despierto siempre en la humedad del sótano.

Abandono al tendón por la llamada
de la lengua incontrolable
apremiada por la bilis.
Hay épocas así, épocas de visitas
guiadas a todos los retretes
pues todo induce al vómito.
Llega a ser doloroso,
como un globo que no cesa de crecer
tras la mirada y bajo la frente,
amenazando con explotar en palabras.
Aun con todo no niego mi enorme suerte,
pues casi a diario empujo mi bici sin prisa
bajo la mirada de las cigüeñas.
Mi odio deja espacio a cierta belleza
y a ese clavo ardiendo confío mi garganta,
mis acciones y caídas, y si acaso el futuro.
Confío en que las ostias sigan cayendo.
Vete con tu gente que yo sigo mi camino.


Me llamas punk de adosado,
pero no soy punk y vivo en un garaje,
me despierto siempre en la humedad del sótano.


martes, 22 de enero de 2019

Parapeto


Aprieto el vientre en el baño
mientras deshojo tristezas de Salinas.
Viejas poesías de presos
reposan en el escritorio.
Tantas noches de insomnio
ordenando puzzles de periódico,
tanto grito sembrado al aire
y cuotas y piquetes en el sindicato,
y tan poca agua en nuestro pozo
ahora, cuando más brota la sed.
Si un “te quiero” es un “me quiero” en el fondo,
si al final prefieres el abrigo del árbol,
aunque ya no broten sus frutos,
porque el páramo es tan frío,
tan de geoda sin premio…
Si tan así, no menos que tal.
Al final, descubro que el instinto ofrece
mejores garantías al cabo del tiempo.
No necesito explicar el dolor
para saber de su veneno
y repudiar su huella.
Me acurruco en mi zanja
anticipando el obús y
la vida me cubre con su cuerpo,
por pequeño que parezca...


Los sirgadores del Volga

Y somos mulas, torres de músculo
tras un cuenco de griechka.
A plomo de sol hasta los primeros hielos,
nuestra carne empuja el mundo
y al mundo le somos baratos.
Literalmente, cada gota de nuestro sudor
es la gota que algún día colmará el vaso.
Entonces, las rodillas gastadas,
la orilla cincelada por nuestras espaldas
entumecidas y en grito…
entonces, digo,
se cobrarán su pan.

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Poema escrito para cumplir con los requisitos de un recital de poesía organizado
por el Grupo de Poesía del Centro Cívico de La Alhóndiga en Getafe:
había que escribir sobre un cuadro y elegí "Los sirgadores del Volga", de Ilya Repin.