Palestina.
Una madre de fuego
esgrime cruel a su infante,
implacable fósforo blanco.
Derriten la tierna carne
-llanto hecho trizas-
de un niño palestino.
Yemen.
Entre piedras y espinos
hombres de sandalia y harapo
abren fuego contra tanques,
y mueren
abriéndose como flores
bajo el sol
apenas molestando
entre dos cucharadas de sopa
frente al telediario.
Una madre de fuego
esgrime cruel a su infante,
implacable fósforo blanco.
Derriten la tierna carne
-llanto hecho trizas-
de un niño palestino.
Yemen.
Entre piedras y espinos
hombres de sandalia y harapo
abren fuego contra tanques,
y mueren
abriéndose como flores
bajo el sol
apenas molestando
entre dos cucharadas de sopa
frente al telediario.