En un poema de amor se puede ver
una excusa de oxígeno
para todo lo bueno,
sobre todo para lo peor:
el orden ideal del mundo
o la razón última del torturador,
una ciudad reducida a línea
de dos dimensiones
bañada en sangre.
Así que concluimos:
obviamente el amor sólo existe
en tanto encaje en un orden inmaterial,
y por tanto, sin dirección intencionada,
mera expansión loca de pólvora
que quizá abone la tierra,