martes, 12 de enero de 2021

Carne roja

Aunque he olvidado cómo hacer raíces cuadradas
todavía sé que dos más dos casi nunca son cuatro:
si las matemáticas funcionaran los hijos de puta
colgarían por docenas.

Mis genes gritan contra mis decisiones.
Quiero carne roja y mi carne se desespera
produciendo residuos sin sustancia.
Mucho tiempo ignorando mis vísceras.
 
Vivir siempre como obstáculo del propio cuerpo
porque este es un planeta doliente
y la culpa no se va tras ninguna ducha,
y pueden pasar los años pero el dolor vuelve siempre.
    
No pienso enderezar más lineas por un mundo torcido.
Me operaron de un tumor en la cara y no me resultó nada caro…
pero a quien le sopla el viento a favor pierde la memoria
(y elige olvidar el grito) de quien cae al desplegar las velas.
 
Nadie lo dice a las claras pero todos anhelan la purga,
pensando que serán quienes disparen y aúllen
y no quienes revienten en las sombras suplicando.

Necesito otro cráneo donde aquellos hombres grises
callen para siempre.

Necesito otro planeta con más horas y menos muertes,
este se me queda pequeño en su miseria y su viaje roto.

Podría comerme el mundo, pero otra cosa bien diferente
es saber digerirlo y no vomitarlo.





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