sábado, 1 de julio de 2023

Nos pensamos vivos mientras mutamos a cenizas

Ningún sentido en escalar otra cama,

ningún deseo de nuevas voces

en el mismo viejo desierto.

Queremos una silla

en la cima de cada montaña,

al fondo de cada cueva y camino,

porque sin pago no entendemos este respirar.

No hay viaje más espiritual

que la cola del paro, bajar al supermercado.

El camino es un aro perdido en sí mismo

por no disponer de memoria bastante.

Ojalá reventar este cerrojo de los días,

de lo real, porque no veo certezas

en lo que habitamos.

Ante la duda de mirarnos a la cara

elegimos mirar la pared

para vernos sin marco,

con la suficiente distancia.

Estamos ardiendo,

nos retorcemos en llamas,

y así nos pensamos vivos

mientras mutamos a cenizas.

Seguir con la caída de dientes

o la herida abierta, sin tratamiento,

porque la cura duele y ya no creemos.

Ojalá dormir en otro sueño y otra carne,

otras rodillas, que amanecer no duela. 

Buscando el comodísimo ángulo del cuerpo

que sólo se alcanza al morir.


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Que se adaptó así:


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