bajo una enorme bandera de España
los narcotraficantes dominicanos
escuchan reguetón
hago tiempo en los pasillos del Lidl
buscando un chocolate concreto
ojeando los productos
mirando eligiendo comparando
hasta que me doy cuenta
son los productos quienes me eligen
no son ni las nueve de la mañana
de un jueves laboral
bajo el puente de la autovía
niñatos bañados en cocaína rosa
escuchando música
pornográfica y tercermundista
los nuevos barrios
de la nueva ciudad
del nuevo país
se levantan
gracias a un ejército de reserva
llegado en pateras
para construir una nueva torre
al pie de sus encofrados
un hombre negro
que duerme en la calle
desvaría en su demencia
habita una tienda de campaña
en un parque de diseño
en la base aérea de Getafe
gruñen motores calentando la guerra
con mis manos tan sucias
toco el mundo
y aún así después busco hojas
donde limpiarme
si yo fuera Dios sería un diablo
es asombroso
cómo la memoria del todo
se construye con un poso
de gentes olvidadas
que ni a un reflejo vencieron
que ante una hoz y un martillo
eligieron una guadaña lúgubre
como la mano levantada de una madre
que desciende así al fango
el futuro de sus hijos
en esa edad en que los granos
se alimentan de neuronas
aturdidas por el thc
perdidas en una pantalla de móvil
cómo brilla al sol todo
lo que es potencia
cómo pierde todo su cristal
al amanecer
la distancia
entre una bayoneta y un pecho
es la misma que separa
dos bocas antes del beso
hay una escuadra de cazabombarderos
acumulando fuerzas
pilotados por barras de pan
el horror es el líquido amniótico
donde flotamos
haciéndonos los suecos
incluso los conejos se golpean
con violencia
cuando llega el momento
de reproducirse para seguir
siendo carne de cañón
querer comerse el mundo y la vida
cuando el mundo es una única boca
compuesta de colmillos enormes
y lejanos como montañas
cómo brilla al sol todo
cuando es potencia
qué poca luz generan
los calendarios
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