Querido diario:
hoy no he bombardeado
un hospital.
No he perdido
tres cuartos de hora
en un atasco
para llegar a un trabajo
que no es necesario,
para llegar a un trabajo
que es lesivo en el mundo.
Querido diario:
he subido precisamente hoy
donde hoy no llega la gente,
allí estuve quieto
mientras fluía huyendo
la masa gritando;
olvidándome del futuro
he conseguido
alcanzar un presente.
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