En las palabras somos promesa y proyecto,
reflejo deformado y deseo imposible,
criatura mágica.
Por eso alguien
acaba de reventar un ojo
a culatazos;
alguien
que corta entre risotadas
el cuello de un inocente;
alguien
se define como un buen hombre
trabajador
para el que todo tiene un límite
lógico.
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