martes, 31 de mayo de 2022

Allí está el monstruo...

Allí está el monstruo
sentado en su butaca de carne y hueso roto,
devorando su bolsa de palomitas de la paz
al ritmo del vals que marcan las bombas.
Forzando el primer llanto del recién nacido
forzando su voz de alarma antiaérea,
de sirena y búnker,
rasgando el aire del hospital.

Hay quien ve progreso en el creced y multiplicaos
pero yo solo veo virus haciendo su labor.

Hemos crecido en líneas,
hemos aprendido en columnas,
nos movemos habitualmente sin esfuerzo,
acostumbrados a fluir de casilla en casilla:
esta vida, nuestra vida, es cúbica.
La luna, el bosque, el cielo
son una sugerente esfera sin límites.

Lo malo de vivir en rectas es la ausencia de hondura,
la imposibilidad de comprender está en lo alto, quieta.
Lo trágico de vivir en vigas
es ser incapaz de albergar giros de 360 grados. 

No apuesto por el fin último y benévolo
que se nos supone;
cruzar una fina raya no decanta la balanza.
Estamos abocados a hundirnos como el triste secreto
que hay tras cada viejo sin arrugas

Caen los rayos como cataratas furiosas
en un mundo obligado a acogernos.

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