jueves, 1 de febrero de 2024

Las luciérnagas

En los primeros años sesenta, a causa de la contaminación del aire y sobre todo en el campo, a causa de la contaminación del agua (los ríos azules y los arroyos transparentes), comenzaron a desaparecer las luciérnagas. El fenómeno fue fulminante y fulgurante. Tras unos pocos años ya no había luciérnagas. Son ahora un recuerdo, bastante desgarrador, del pasado.
(P. P. Pasolini)


La desaparición de las luciérnagas,
del zumbido de las abejas,
entre los charcos de pis
en este vagón de metro.
Afuera la nieve y la jungla.
Arriba el exceso lumínico
y el reconocimiento facial
de las inteligencias artificiales
en una guerra tan lenta
que no la percibimos.
Una guerra donde no sabemos
qué hacer con los muertos,
esos que admiramos y quisimos:
¿Dejarlos con nosotros?
¿Resucitarlos?
¿Que descansen para siempre?
Y no, todas las novelas de Hemingway
no equilibran su balanza
con la sangre de criaturas inocentes
pesando tanto.
Cómo hablar del peso de una época
si sólo alcanzamos a ver una parte
de esta calle desde nuestras ventanas.
Todo era más fácil antes,
todo más sólido:
el pan, los obreros…
El futuro era mejor antes
porque no estábamos entonces.





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