Vivo en una ciudad de derrotados
que se llenan las encías de libertad
pero exigen corrales bici y
pagan a precio de oro un cáncer de pulmón
a una multinacional.
Perdidos se sienten sin muros ni cadenas
aunque creen estar cambiando el modelo:
en realidad solo limpian escaparates.
En las cúpulas del Íbex perfeccionan al tonto útil:
quintacolumnistas que no saben
que lo son.
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Como solo hablabais de derechos civiles e individuales
mientras los colectivos y económicos volaban,
de repente me vi muy lejos, muy fuera,
en ruta clara y sin tropiezos hacia la pena sideral.
...
Cada lágrima, una aurora,
cada lágrima, un camino.
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Me invitas a tu evento:
en la balanza combate la poesía
con el tráfico y esta miseria nuestra de urbe.
...
El cansancio es como la estupidez humana:
eterno.
Sueño cansado y miro cansado el cielo.
Se agotan los días de agotarme
y exhausto caigo al suelo
tras recorrer los metros finales del día
y los sombríos meandros de la noche.
...
Tú que apestas a colillas y chustas,
a enfisema y catarata extinta,
me echas en cara el olor
de ir en bicicleta por la vida.
Criatura imbécil y al revés,
anhelando la inmortalidad
mientras se autodestruye.