Del mundo miradas tan duras
que ni el aire traspasa;
entre el iris y una coordenada
sólo tiembla el vacío
de borroso desierto.
La realidad es caída constante
de copos cristalinos
donde nos reflejamos, nacemos,
olvidamos que olvidamos
qué no somos y que morimos.
Las noches y sus esperas abren
nichos en la memoria.
Niños de extraños mares
perdidos en praderas.Niños de extraños mares
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