miércoles, 6 de julio de 2022

A quién le importa el poeta prometeico

Dicen que un poeta es valiente

por escribir en metáforas,

por hablar como en sueños,

por no decir nada claro

por muy claras que estén las cosas.

Hablar de valentía refugiados

en el mismo mecanismo cobarde de los golpes.

Vivimos en un mundo de burbujas

cuyas fuerzas centrípetas

de gaviota

son mayores que las del planeta.

En el museo todo el mundo gira a la derecha,

el espacio se hace insufrible, insuficiente,

se sigue cobrando la entrada

y miramos mal al de al lado.

El poeta despierta sin fuerzas,

como quien ha subido y bajado una montaña

sin darse cuenta.

Guarda en la jaula de las encías

la destructiva furia de las palabras

que no llegan a decirse nunca,

que no se atreven a ser agua

para escapar de la boca,

que quedan atrapadas aleteando

entre los dientes.

El poeta queda callado

y hace de ello bandera sin lógica,

como el obrero de derechas

se cree mejor que el resto por tener trabajo,

se cree imprescindible

por producir un nuevo rico

y perder lentamente así su vida.

El poeta se aferra al silencio

pues allí no hay luz acusadora.


A quién le importa el poeta prometeico

en un mundo lleno de buitres, 

León Felipe.




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