A veces confundimos vivir y los deseos
con fotografías.
Porque las fotografías son ideas
construidas con imágenes de formas
que nos hacen desear.
Y deseamos un camino
aunque lo llamemos hogar,
un no parar que confundimos
con la posibilidad de una vida
y por tanto de una muerte
perfecta e ideal.
Lejos de lo que somos ahora
las fotografías son siempre
la posibilidad, y la posibilidad
una burla y el miedo
a la quietud pasada,
al vacío presente,
a un nicho, sin nada dentro,
donde debiera estar el futuro.
Las fotografías son anhelos
escondidos y al acecho
de nuestro momento más bajo,
con menos raíz.
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