martes, 11 de febrero de 2020

Adoro la música de décadas pasadas

Me salgo corriendo fuera del calendario
y pierdo el ritmo de todas
las canciones de esta época,
porque adoro la música de otras décadas.

Sólo miro el whatsapp
si me aburro en el trabajo
y no hay ratas a la vista.

Crecí en los ochenta
y decido vivir como entonces:
abandono estos días donde todo cambia
para que nada cambie.

Comparto un mismo problema con las gaviotas:
se enfrentan sin remedio al viento
en lucha diagonal con el horizonte;
pero ellas no saben que el horizonte ha muerto.

Yo lo asumí hace tiempo
así que reconozco que mis pasos
no dejan huella en estos días.
No la dejan.

Días en los que volverías a la cama
nada más salir de la cama.

Días en los que miras el cielo cayendo,
miras el mundo avalanzado
sobre la negrura
 sin que nadie alce un dedo
porque la voz ya la vendimos.


De la calle llegan rebuznos de
niñatos quemando bancos
a patadas con las papeleras
a patadas con la vida
a puñetazos con su futuro
en un presente que envuelve
con lazos la mierda.

Y cuando cruzo el umbral me rodeo
de gente que insiste en oler a perfume
a más de veinte metros,
pero que al hablar no pueden evitar
que las tripas les apesten a ceniza
pues queman sus horas sin saber porqué
pagándose a precio de oro,
sin saber por qué, un cáncer a plazos..

Sin saber por qué las flechas de los ánades
anuncian la primavera entre nubes de autopista
y lágrimas de invierno.

Con juicio sarcástico
mientras sudo en las barras
me controla una tórtola
desde de las ramas.

Me salgo corriendo fuera del calendario
y pierdo el ritmo de todas
las canciones de esta época,
porque adoro la música de otras décadas.


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