Occidente está lleno de cretinos que no entienden
que también los africanos se odian y matan entre sí.
Cretinos en países enviando migajas sanitarias financiadas
por las mismas multinacionales lanzando en paracaídas
a los mercenarios que torturan a Lumumba y Sankara,
gigantes blancos armados hasta los dientes
troceando y desmenuzando tierras de ensueño pero sin futuro.
Capullos que piensan que sin Gulag ni Paracuellos
el capital procederá al reparto de la riqueza algún día.
Criaturas desustanciadas sin esencia que pretenden ignorar
que el lugar de su filosofía es el saqueo del resto del mundo.
Un mundo que no ha cambiado tanto como pensáis.
Vosotros sí. Si que habéis cambiado y por eso
os morís de vergüenza en las noches.
¿Por qué a tanta gente le cuesta entender que una
de las tareas del gobierno es gestionar la muerte
como un elemento más de la economía?
Clase media aspiracional buscándose en grupos de autoyuda
que no ayudan a vivir pero sí a aguantar las tormentas de mierda
que nos caen a diario. Mi barrio es un barrio de gente triste,
que no llega a pedo pero se cree mierda.
Cuando llueve fuerte las cloacas inundan sus chalets
burbujeros construidos entre escombreras.
Gente idiota que se siente solidaria
porque aplauden en ventanas como las focas,
mientras desean alambradas bien sólidas
alrededor de la miseria de sus vidas,
no vaya a ser que el espejo ya no soporte
el tamaño del embuste y la mentira
sobre la que han traído hijos desganados
y sin nubes a este mundo siempre en guerra.
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