domingo, 3 de octubre de 2021

Hay...

Hay un palo de lluvia

en todas las cañerías,

en todas las bajantes.

Hay una copa en cada corazón.
Hay una cueva donde esconderse

en cada currusco de pan.
Hay una mosca atrapada en mi ojo,

golpeando la córnea hasta morir.
Hay una titilante telaraña de gotas

en la noche del verano.
Hay ruinas condenadas a la nostalgia

previa al olvido

en cada plano de arquitecto.

Hay una rotunda mujer curva,

como de Fellini,

en el paso ampuloso de las palomas.
Hay un vilano ruidoso cual redoble

en cada olmo redondo

del que vuelan aleteantes gorriones.

Hay una hipocresía de cicuta

en quien espera herencias

pero no está dispuesto a la conquista.
Hay una luz al final de todo,

una luz que nadie ve, y así

una luz nacida muerta y vacía.
Hay columnas de alta tensión

suturando eléctricas

las heridas del territorio.

Hay un nudo de melodías

casual y siempre perfecto 

en las teclas negras de piano,

hay un viaje al ensueño en el salto

aleatorio de sus dedos azabache.
Hay billones de años acumulados,

biología, azar y evolución,

en la semilla muerta que dejamos
en los inodoros.

Ay, ay, ay...



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