he sabido y sigo sabiendo
que las víctimas son los verdugos
y serán las víctimas
y serán los verdugos
y sus heridas son las heridas
de su propia mano
de su propia boca
de su propias palabras
de su propio futuro roto
la queja y el lamento
no se distinguen en la distancia
de la orden de fuego
las montañas de muertos
las pilas de cuerpos
en fosas comunes
en montones listos a la antorcha
los masacrados en dolor en injusticia
no tienen rostro
solo tienen nalgas piernas torsos
una informe argamasa para construir
la ausencia de fe
voy a levantar una casa
no de ladrillo hueco donde tiembla el sonido
donde no hay distancia
voy a construir una casa de piedra
y cada piedra será el nombre
y el cuerpo de una criatura muerta
en esta vorágine absurda y cruel
un muerto una piedra
una cuneta de huesos un tabique
un cementerio una habitación
mi casa será un palacio infinito