Dicen, rumian,
(cobran por decir y rumiar)
que el socialismo cayó rápidamente,
huella dactilar de lo imposible.
Con sonrisa dentrífica,
radiante de LEDs y promociones,
ejecutan la kata del Estado
del Bienestar.
El Estado del Bienestar,
que nació para enmudecer un nuevo sol,
que hacía aguas en todo momento,
que se alimentó de huesos
allende fronteras alambradas,
entre los acordes de "We are the world".
El Estado del Bienestar,
un vestido de temporada,
que cayó bastante antes,
aún más efímero e inmaduro
(no llegó a los cuarenta,
¡por qué morirán los jóvenes!)
que el relato antagonista,
grotescamente abocetado
en las pelis de Rambo.
(cobran por decir y rumiar)
que el socialismo cayó rápidamente,
huella dactilar de lo imposible.
Con sonrisa dentrífica,
radiante de LEDs y promociones,
ejecutan la kata del Estado
del Bienestar.
El Estado del Bienestar,
que nació para enmudecer un nuevo sol,
que hacía aguas en todo momento,
que se alimentó de huesos
allende fronteras alambradas,
entre los acordes de "We are the world".
El Estado del Bienestar,
un vestido de temporada,
que cayó bastante antes,
aún más efímero e inmaduro
(no llegó a los cuarenta,
¡por qué morirán los jóvenes!)
que el relato antagonista,
grotescamente abocetado
en las pelis de Rambo.
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