Lo llaman corrupción,
pero para el burgués
pero para el burgués
es mera competencia,
aún más desleal,aún más honesta y desnuda.
Viaja y es contrafuerte
en el ADN del capitalismo.
Si el régimen de la mercancía
se ciñera a su discurso,
—ése voceado en el foro público
con gesto grandilocuente—,
caerían todos los templos
y la mano invisible se mostraría
como la zarpa asesina que es.
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