jueves, 25 de noviembre de 2021

Control ce, control uve

Podría escribir y gritar líneas con las que muchos os sintierais 

identificados, porque no estaría diciendo nada a fin de cuentas.

Hincharme a hablar de drogas y sexo de armario mediante metáforas

que os hicieran sentir inteligentes y por encima de la media,  

hablar de gente que me ha follado por diversos rincones del mundo,

hablar de estar perdido en una inercia confusa cada fin de semana

deambular empapado de nostalgia por lugares que nunca conocimos,

podría ofreceros un mejunje de emociones baratas que parecen de lujo,

pero no me gusta llenarme las manos de mierda aunque me alimente.

Porque no lo dudéis ni un instante, vivís vidas de mierda en las que depositáis

en los más altos pedestales los momentos en que estáis más alienados,

porque en esos clímax de decadencia que os parecen oro puro y atesoráis para el recuerdo,

sólo dejáis clara constancia de la poca distancia entre el barro, la hez y vuestro cuerpo

atravesando sin voluntad días en parábolas diseñadas en despachos.
       

                       Control ce, control uve sin pestaña de historial.

 

Si al menos los niñatos subnormales hicieran sus mierdas con guitarras

y no cortando y pegando fragmentos de trabajo ajeno podría empezar a respetarlos.

Pero no, las larvas de las redes fugaces y lo inmediato viven en un mundo

donde la ira de hoy es polvo olvidado en veinticuatro horas.

Consecuencia de no imponer el carnet de padre a las larvas de la burbuja

y su exceso de ansia y ansiedad por querer llegar al paraíso aislados en sus casas.

Lo que en Moscú se considera comida para vagabundos

la agenda del libre mercado se lo cobra a precio de oro

a hordas de hipsters enfilados con prisa en la cola de la tienda de Apple.

Gente que viaja con furia y argumentos académicos para olvidar que sólo

vegetan en todas partes y sólo consumen recursos cual ganado estabulado,

Los tiempos en que los hombres eran bestias nunca se fueron,

sólo esperan un descuido, con sonrisa triste y racional.

La belleza eventual de una explosión no impide su crueldad

y sólo constata lo cíclico y genético de nuestro fracaso.


                      Control ce, control uve sin pestaña de historial.

 

En la gran ciudad sólo se permiten sueños minúsculos y sin filo,

sueños necesitados de lupa donde, sin embargo, infláis la pompa

de vuestras fantasías que pensáis románticas, bohemias y fuera de radar,

aunque al final todo se resuma en manchas culpables sobre sábanas ajenas. 

“Tú y yo contra toda la ciudad”, eso queréis escuchar, elogios al individuo,

a la diferencia excluyente, a la diversidad de los nichos de mercado.
“Tú y yo contra toda esta ciudad”,y compráis cualquier moto cascada,

pero olvidáis que esta y todas son ciudades construidas sobre cantidades 

ingentes de túes y yoes, todos con fecha de caducidad y plazo de entrega,

todos tan brillantes y singulares hasta que os llega la obsolescencia programada.

Habéis caído como moscas y a diversificar el mercado lo llamáis progreso,

a crear enfermedades crónicas y adictos de por vida lo llamáis respeto.

 

Control ce, control uve sin ventana de historial.





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