Querido dario:
he trabajado tres horas hoy.
Sin contrato, sin seguridad social,
como buen emprendedor,
forzado a emprender en el pantano.
He desayunado
y he sido muy feliz,
saboreando la miel,
dejándome poseer por la cafeína.
He terminado un libro
y he empezado otro
sabiendo que de ellos
sólo quedará, con suerte,
alguna línea habitando
alguna de mis arrugas.
He conseguido extraer
una canción de la madera
y la he pintado de palabras.
He puesto mi cuerpo
en contacto con el aire,
con el suelo y con el agua,
con un mirarse en el espejo,
de nudo y tromba de sangre.
He pensado en barricadas
y me he cerrado un poco más.
El mundo seguía su curso
en un millar de ventanas,
elipse sobre cuerpos descartados.
Y he sido cosmonauta un instante,
mis opiniones escafandra
filtrada por el parpadeo
de un monitor que aún funciona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario