Ha habido tantas casas
como muertos en cunetas,
océanos, nubes, trincheras.
Ha habido tantas bibliotecas
como fosas comunes
y en espaldas desnudas
tantas caricias como sables.
Las gallinas que entran por las que salen.
Un exceso de alforjas entonces,
la suma cero de todos los poemas,
el rumbo siempre perdido
de cualquier calzada romana.
Monet y el Enola Gay.
Charlie Parker y la heroína.
Una huelga y un campo de concentración.
La mano que mece la cuna
temblando con síndrome de abstinencia.
El viaje nunca empezó, pero continúa.
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