La contradicción ácida de despierto
no querer dormir y dormido
no querer despertar;
se acumulan las líneas tensas,
se van agrietando los arcos,
el celaje de mañana se disipa,
inasible, triste, humano.
Esta noche, por favor,
Esta noche, por favor,
que muera y sea eterna,
que permanezca indeleble
en el olvido.
Apegarse a este vacío
pese a todo y sin meta:
como las cosas favoritas
—las de para toda la vida—
nos acompañan hasta la tumba;
se descubren en la adolescencia
y son nuestra columna, nuestra nostalgia.
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