lunes, 16 de septiembre de 2019

Una vejez entre placas base

No esperaré al cuerpo gastado
para disfrutar las fuentes
en la mañana del lunes.
Ya es imposible confiar
en bienestar alguno,
dejarse llevar por los rieles,
que un mecanismo nos arrope
a la noche.
Hay engranajes.
Sí.
Hay silicio y sensores.
De acuerdo.
Pero no respiras mejor,
como un ordenador de a bordo
no mejora tu seguridad
y prefiere enredarte los dedos
parar anudarte fatalmente
al asfalto afilado.
No esperaré a ser
cuando ya no sea posible
distinguir el cielo del reloj.

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