sábado, 11 de septiembre de 2021

La economía del vampiro

Cae la noche en cada amanecer de vagones atestados.
Caemos porque así somos en un camino que no existe,
una senda que es un derramarse de cuentas de collar y canicas.
No insistimos en elaborar fórmulas secretas ni algoritmos
en esta casualidad manchada de sangre y vacío.
Nada justifica nuestro rescate del mar enfurecido,
y nada sostiene la furia del mar.
En la explosión que borra dientes infantiles
está todo el discurso de la excusa,
todo el absurdo de esta curva cruel que somos.
Cae la lluvia sobre nuestras costillas
abandonadas en cunetas sin memoria.
El todo es un niño que sin maldad construye
inútiles castillos en absurdos infinitos.
La lógica del capital nos conduce a un mundo sin gente
porque el hecho de existir interrumpe el flujo digital.
Cuando el objetivo es un orbe sin vida
toda forma de vida nos parece una plaga.
Una guerra es una variante, una plaga un cálculo,
y un desahucio, la incógnita de una ecuación.
Cae la noche inacabable en la economía del vampiro.


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