Imagina sentirte completo
por consumir tus días
trabajando para otros
por menos de lo que produces;
imagina pavonearse de ello
frente a alguien sin yugo
que censa meteoritos antes del alba.
Imagina presumir de sudar irritado
en una oficina o un taller
por no haber sabido trepar cumbres
asaltando el horizonte en silencio
cuando en la ciudad todo es furia.
Imagina a esas personas
que pasan voluntarias su existencia
en un valle de lágrimas
a la espera de una muerte
que anhelan por fin los transporte al lugar
que temieron construir en vida.
Imagina, por ir terminando,
que la mayoría de nuestros trabajos
no aportan nada al mundo
salvo un pan envenenado en nuestra boca,
y aún así nos pisemos colectivamente
para aferrarnos a ellos como salvavidas.
Imagina que trabajar, así, no es vivir,
y que sólo haya silencio en nuestras calles.
por consumir tus días
trabajando para otros
por menos de lo que produces;
imagina pavonearse de ello
frente a alguien sin yugo
que censa meteoritos antes del alba.
Imagina presumir de sudar irritado
en una oficina o un taller
por no haber sabido trepar cumbres
asaltando el horizonte en silencio
cuando en la ciudad todo es furia.
Imagina a esas personas
que pasan voluntarias su existencia
en un valle de lágrimas
a la espera de una muerte
que anhelan por fin los transporte al lugar
que temieron construir en vida.
Imagina, por ir terminando,
que la mayoría de nuestros trabajos
no aportan nada al mundo
salvo un pan envenenado en nuestra boca,
y aún así nos pisemos colectivamente
para aferrarnos a ellos como salvavidas.
Imagina que trabajar, así, no es vivir,
y que sólo haya silencio en nuestras calles.
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