viernes, 15 de marzo de 2019

El mañana

Si nos roban el mañana inventaremos calendarios.
Si nos bajan la mirada, miraremos en los charcos.
El reloj ya no es un faro, el reloj es un océano,
flota absurdo en la tormenta con su esfera de náufrago.
La mañana deja la noche huérfana de labios;
sus estrellas, celosías por donde escapan pájaros.  
Ya ha pasado otras veces, ya subimos nuevas lunas,
la experiencia es una llama  que calienta y que alumbra.

El mañana es tu boca que no calla sus mareas,
el mañana son tus dientes que escupen futuro al alba,
El mañana somos este páramo de brumas que verdea,
el mañana es la palabra que una vez fuera encerrada.

Despertamos en la espuma y en la sal de un pasado
que ha medrado a nuestra costa, que el ayer nos ha robado.
Un secreto que hace costra sobre heridas de borracho,
un música tan triste que hace todo tan lejano.
Hay un canto de sirenas que nos tuerce el mar y el viento,
hay soledad de cunetas resonando en parlamentos,
hay una ave que no olvida y que anida a cielo abierto,
un ejército de abrazos, de susurros y recuerdos.

El mañana es tu boca que no calla sus mareas,
el mañana son tus dientes que escupen futuro al alba,
El mañana somos este páramo de brumas que verdea,
el mañana es la palabra que una vez fuera encerrada.
Y el mañana se ha cansado de esperar una disculpa,
ha salido a la calle y luce con orgullo arrugas,
el mañana no tropieza, no ha perdido la memoria,
fuerte como biblioteca, agua viva de la historia.

Hay quien quiebra los relatos para reparar las calles,
hay quien clava en barro los cimientos de su vida.
Los lobos con piel de oveja aguardan en las sombras,
a que se apague esta hoguera y nos perdamos en ceniza.
Este fuego que nos ama, y que es derrota de derrotas,
estas llamas que nos arman con su sabor de aurora,
esta chispa irrenunciable que se asoma a las ventanas,
unos versos de primavera en boca de milicianas.

El silencio es el arma más terrible del gusano,
es silencio es el sonido más querido por el sapo.

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