Eterno lo inaccesible riela
intuido al borde de la página
y su caída de hoja;
apenas roza, rasguea
la elipse del iris
y ya ha huido, es vapor fugaz.
Se insinúa en cada jornada
y momento,
siempre detrás de este girar la cabeza
raudo, sin fruto e imposible;
siempre será sombra
que recién se evade,
su eco y memoria de vaho
tan cruel ofrenda.
La pesada y absoluta losa
de los pasos dados de sí,
desesperados en su espera,
abierta su nuez y perdida la miel
de sus promesas.
Es así como sin mapa se cruzan desiertos
y se abren sus rutas.
Y es así como el engaño pervive
y la historia se construye,
porque invariablemente
emerge la esperanza.
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