Hay coronas de flores
de gentes que ni fu ni fa.
Cuatro bombillas torcidas
imitando velas.
En la esquina reposa la tapa
del ataúd.
El aire acondicionado
a tope tras el cristal,
agita suave la seda;
parece que aún respiras.
Tu cara de monito inocente,
descansando.
Cruces de latón dorado
y alegre un cierto griterío
en el velatorio,
y deudas en el alma
anudadas al recuerdo.
El forro de satén blanco,
funda de perímetro ajustado
a una vida.
Te han escondido la última cicatriz
y un ramo a tus pies germina.
La dedicatoria es última
y ya avanza la primavera
tras una cortina.
de gentes que ni fu ni fa.
Cuatro bombillas torcidas
imitando velas.
En la esquina reposa la tapa
del ataúd.
El aire acondicionado
a tope tras el cristal,
agita suave la seda;
parece que aún respiras.
Tu cara de monito inocente,
descansando.
Cruces de latón dorado
y alegre un cierto griterío
en el velatorio,
y deudas en el alma
anudadas al recuerdo.
El forro de satén blanco,
funda de perímetro ajustado
a una vida.
Te han escondido la última cicatriz
y un ramo a tus pies germina.
La dedicatoria es última
y ya avanza la primavera
tras una cortina.
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