Habitamos la caída
el descenso celerísimo e inadvertido
esperando alcanzar los pináculos del cielo
alcázares en las nubes
Dios impulsa esta historia nuestra
de sangre y hueso
de murallas astilladas y ruido
de niños abiertos como una mariposa
Nos impulsa a esto que somos
el querer vivir para siempre;
furiosos por su imposible
reaccionamos a dentelladas
Somos un costoso fruto de lento cultivo
maduro y presto a ser devorado
por sí mismo
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