sábado, 23 de febrero de 2019

Los cuidados

Si mis versos flotan por leves,
si mis versos en boca de un juez que tortura,
estoy haciendo algo muy mal,
o tengo claro mi lugar en esta guerra,
o todo lo contrario:
soy tonto y útil y espero salir indemne
como si la Historia no contara.
Pues este es el tiempo de los ataques a la vida
y las cargas de profundidad en el cimiento futuro,
y por eso nos escandalizaría más
la ausencia de pintadas fascistas
en tumbas de libertarios y comunistas…
Esas cuchilladas de spray indican
la tormenta que no cesa
y el futuro que aún espera,
la razón que nos cubre de cosmos…
Vivimos tiempos inmisericordes
donde las librerías cierran
para abrir casas de juego,
y las librerías que medran
le hacen el juego a quien desahucia casas;
tiempos de calles desnudas de gente
y plenas de miedo que crece,
una época donde se llenan las arcas
del oligarca que vacía a hostias los hogares,
días de grito angustiado
en los que extraños frutos
llegan a las costas hinchados de pena
trayendo ecos de minas y bombas.
Tiempos dictados por aquellos
para quienes somos recursos
que acaban siendo residuos
y nada más en medio ni después.
Harina de alientos molidos
ligada con lágrimas y algo de sangre
por aquello del sabor y no olvidar
de quién es la espada
y la alcancía que custodia.
Tiempos que exigen respuesta
aterradora para el terror,
y no terapia ni cuidados…
Hemos aprendido a cuidarnos
de los que repiten constantes,
el mantra de “los cuidados”
en su discurso político.
Cuidado, mucho cuidado,
con los de “los cuidados”,
pues son la garantía del torturador
para no quedarnos en el sitio
y que prosiga su rapsodia
de miseria, picana y fracturas.

....

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