sábado, 16 de febrero de 2019

Sospecho

Sospecho de estos tiempos
en los que un click es un pum,
golpe de lápida en nuestra cripta.
Sospecho de esa gente con uniforme o disfraz
para acudir a un evento, siempre atenta
al público y no a palabras o cuerdas.
Sospecho de tu labor cultural
si el ABC te defiende
hablando de ciudadanía viva.
Sospecho de tus páginas,
que medran cuando estalla la crisis.
Sospecho del feminismo
que te quiere puta empoderada
en boca de la banquera,
sospecho hasta la contractura
del que comparte puntos clave
con un demente wahabbita;
un muro que segregue,
por ejemplo.
Sospecho de la línea que nos separa,
que siempre juega a favor
del propietario de la calle.
Sospecho de quien se afilia a sindicatos
solo cuando le tocan el bolsillo.
De habernos afiliado antes,
nuestros bolsillos estarían intactos por ley,
otro paisaje habitaríamos, sin emergencia.
Sospecho del "ya habrá tiempo"
y de las rosas en el cielo
cuando el día languidece cansado.
Sospecho del izquierdista de ornamento
que hace del voto eje y semilla
de su futuro.
Sospecho de mi sombra diluida
en paredes sin encalar,
en charcos de periferia olvidada.
La sospecha como argamasa
infinitamente más fiable
que las certezas del orden del día
dictado por la inercia criminal.

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