jueves, 9 de diciembre de 2021

Soy un mal lector de poesía

sólo intercambio versos
    libros de versos
    si la moneda de curso es el trabajo
    y el peso de lo que escribimos
    y no su precio de venta al público
    en el mercado
todos mis libros concentran sus estrofas
    de cabo a rabo
    de la última punta del pelo al extremo de la uña
    porque hay todavía muy pocos árboles
    y demasiados egos
me niego a comprar libros
    de tres líneas por página
    de autores inflados como pavos
    que exigen ocupar todo el camino de la hoja
quizás romper la curva del poema
    la figura de las palabras
    sólo sea un truco de rebajas
    para cubrir lo escuálido de lo dicho
suelo preferir una edición bilingüe
    normalmente incluye otro libro de regalo
    es habitual preferir la traducción
    cuando se desnuda
    de artificios y acude a la esencia
certeza triste y angustiada
    sin solución
    saber que nunca comprenderemos
    el poema por completo
cuando cae el libro al fango
    comprendo mejor sus versos
la rima es un bonito juego y un cruel censor
odio el viejo truco de citar sin sentido 
    convocando el miedo a parecer estúpido
    del crítico 
poeta que tanto sufres sólo porque escribes
    ningún verso exculpa tu condición de cómplice
    publicitarse como víctima para evitar la sospecha
    no funciona cuando gritas atención
    en todos los centros
escribes sobre drogas y subido al carro
    porque el poeta maldito es un nicho de negocio
    una herramienta (en el barro) que todo cambia
    para que nada cambie (en el fondo)

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