martes, 24 de diciembre de 2019

Insomnio

Insomnio.
Te saca del sueño
un agolparse de versos
que buscan su forma.
Un miedo a la muerte,
miedo de no llegar a tiempo
al final de tu vida.
Un temor de acero constante
a no cumplir con las metas
que exige el último suspiro
antes del descanso final.
De madrugada
la casa se hace más humana
con su pentagrama de crujidos.
Quizá por eso hay noches 
en que te acoge,
y hay otras de inquietud.
Te despierta en lo hondo
del respirar denso
una voz casi inadvertida,
pero que se clava más dura por instantes.
Con esa voz tan finita quedan sembradas
la duda más grave, un miedo de mundo.
En madrugadas así, de vértigo girando
en las curvas sin tiempo del alma,
me aferro en tinieblas a tu perímetro
hasta que respiro calmo.
Pequeñas pueden ser tus curvas
en la noche planetaria,
pero para mis manos y temblores
adquieren la tersura comba de un orbe
y desarrollan una órbita gigante,
carrusel donde tranquilo vuelvo
a la infancia.

martes, 10 de diciembre de 2019

Siempre hay gatos en todas las ruinas del planeta

Siempre hay gatos en todas las ruinas del planeta.
Al sol, indolentes, con su muelle mirada de desprecio
frente al trajín vacío de las ciudades que se esfuerzan
por parar el calendario, corriendo a ser polvo.
Al final de esta violencia, de este querer saltar
por encima de la luna, 
sólo quedarán gatos en las ruinas de lo que fuimos,
sonriendo sarcásticos con sus ojillos medio cerrados.

viernes, 29 de noviembre de 2019

REFLECTOR "Canciones para una cuesta abajo"

Hay cierta calidad poética en algunas de estas letras:

"Y no me importa que no me vuelvas a llamar.
Sólo apareces cuando las cosas te van mal.
Relaciones bajo el ábaco: pocas aguantan los números.
Ya lo sé, soy muy mala gente:
se me da fatal eso de ser gente".



"Y no es por ser un cobarde, es que me viene todo grande.
Lo que tengo alrededor, justo aquí en mi habitación
es más que suficiente.
No necesito más, y no encuentro nada mejor
cuando estoy con la gente.
Y no es por ser un cobarde, es que me viene todo grande".



"Sus caras deformadas:
caras de idiota, caras drogadas.
Esa galería de rostros
como de hojas podridas al final del otoño.
Y sus bocas salivando, y sus bocas retorciéndose,
estirando los tendones, y los dientes naufragando
en la noche que se cae.
Esa galería de rostros
como de hojas podridas al final del otoño".



domingo, 17 de noviembre de 2019

Dos chicos se besan a la luna de la verbena

Dos chicos se besan a la luna de la verbena.
Frotando sus sonrisas hasta arder,
resbalando en la piel.
Sus líneas de alabastro pierden la rigidez
y son flexibles como gatos antes del amanecer.
La curva de sus siluetas
son cucharadas de helado de café.
Se funden sus bocas, hierve la madrugada al caer.
El sol pinta de naranja la turmalina del ayer.
Mirar el día y su sol sin regreso.
Iris quemado, lava entre los dedos.
Lotería, un cálculo extraño,
reparto absurdo de amores de sábado.
Esta levedad que te embriaga es una raíz
que todo lo sostiene.
Caricias del exilio y la jarana,
agua en el camino
sin gente.


jueves, 14 de noviembre de 2019

Cuando sopla el viento del norte...

Cuando sopla el viento del norte,
nos llueven las basuras que huyen
de los vertederos de suburbia.
Por aquí las señoras pretenden
superar el vacío existencial de septiembre,
sobreponerse a sus cielos
abismados de púrpura y tormenta
con un nuevo tinte para el pelo.
Ya no nos preguntamos
si entre la espuma las rocas se ahogan
o si es que el mar las abriga.
Aspiramos a llevar a las espaldas
sólo las espaldas.
La sensación de habitar un tiempo inútil
como la noche que no descarga
la pesada suciedad del día anterior, la noche
que te comba los hombros al amanecer.
En la madrugada braman las autovías;
la humanidad ruge desquiciada
y nos ocultamos bajo la luna,
entre espigas:
nos han robado hasta la primavera,
su memoria,
la han pintado de colores
que no reconocemos.
Y así estamos, perdidos
cuando sopla el viento del norte.

lunes, 4 de noviembre de 2019

Letras para Маленький Мирослав голоден (El pequeño Miroslav tiene hambre).

Es un proyecto de noisepunk melódico que he montado. Considero que las letras tienen cualidad poética.

Пора отдохнуть (х2)

Я оставил комнаты чистыми.
Каждое фото в своей коробке. Каждая книга в своем чемодане
Дом это эхо, его углы размыты.
Я подмету в последний раз.

Пора всё закрыть (x2)

Цикл завершён и это всё.
Инерция сбивает нас с толку и память всё больше.
Дом избавляется от наших голосов,
он устал от шума без причины.

Из дома в дом
Мы нигде не дома,
Из города в город,
Мы ищем себя в пути.

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Hora de descansar (x2)

He dejado las habitaciones limpias.
Cada foto en su caja. Cada libro en su maleta
La casa es un eco y sus esquinas se desdibujan.
Paso la escoba por última vez.

Hora de cerrarlo todo. X2

El ciclo se cumple sin solución.
La inercia nos derriba y la memoria crece.
La casa se vacía de nuestras voces,
cansada del ruido sin objeto.

De casa en casa
Sin encontrar nunca un hogar,
De ciudad en ciudad,
Nos buscamos en el camino.

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Мы одеваемся в асфальт.
Мы кипим под солнцем
Мы смотрим вдаль,
но момент здесь и сейчас.

Дай мне дождь в тишине.
Дай мне время, которого нет.

Я замолчу, боясь дня.
Я буду спать в углу ночи.
Ты прячешь свои воспоминания
потому что они жестокое зеркало.

Дай мне дождь в тишине.
Дай мне время, которого не существует.

Мы безнадёжно спотыкаемся ,
мы закрываем глаза от усталости.
Опустите жалюзи, опустите жалюзи
не впускайте их голоса.

Мы оставляем моторы
мы забываем магниты.
Кошки царапают ночь
Крысы строят будущее.

Дай мне дождь в тишине.
Дай мне время, которого не существует.

В поту мы падаем
и во лжи мы спим.
Я забыл все крыши.
Электричество - это ласка.

Дай мне дождь в тишине.
Дай мне время, которого не существует.

Мы здесь, мы все еще кричим,
мы умеем лишь кричать на вершине.
Голод это птица без памяти
и этот город питается эхом.

На улицах море
на площадях гром.
Я прячусь под простынями
где свет всегда зеленый.

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Nos vestimos de asfalto.
Bajo el sol hervimos.
Miramos lejos y fuera,
pero el momento es aquí y ahora.

Dame lluvia en silencio.
Dame un tiempo que no exista.

Callaré por miedo al día.
Dormiré en el ángulo de la noche.
Tú escondes tus recuerdos
porque son un espejo cruel.

Dame lluvia en silencio.
Dame un tiempo que no existe.

Tropezamos sin remedio,
cerramos los ojos por cansancio.
baja la persiana, baja la persiana
no dejes que sus voces entren.

Dejamos fuera los motores
olvida los imanes.
Los gatos arañan la noche
las ratas traman el futuro.

Dame lluvia en silencio.
Dame un tiempo que no exista.

En el sudor caemos
y en la mentira dormimos.
He olvidado todos los tejados.
la electricidad es una caricia.

Dame lluvia en silencio.
Dame un tiempo que no exista.

Aquí estamos sin dejar de gritar,
solo sabemos gritar en la cumbre.
El hambre es una ave sin memoria
y esta ciudad se nutre de ecos.

En las calles hay un mar
en las plazas hay un trueno.
Me escondo bajo las sábanas
donde la luz siempre es verde.

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Что мои строки, что нас теряют,
в твоих руках, что питают нас.
Они ничто, бесплодный песок.

Твои неловкие и невозможные руки
твои, что простой землёй утоляешь наш голод;
Руки мага, руки богини.

Что книги,
что я несу миру
по сравнению с этой силой.

Что университеты
если в полях никого нет,
если ветер не дует.

In Girum Imus Nocte и Consuimur Igni

Что мои строки, что нас теряют,
в твоих руках, что питают нас.

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Qué son mis líneas que nos pierden
dispuestas en tus manos que nos nutren.
Son nada, arena yerma.

Tuyas son las manos rotas e imposibles
de quien con simple tierra nos sacia el hambre;
manos de mago, manos de diosa.

Qué son los libros
que traigo al mundo
al lado de tal fuerza.

Qué son las universidades
si no hay nadie en los campos,
si no sopla el viento.

In girum imus nocte et consumimur igni

Qué son mis líneas que nos pierden
dispuestas en tus manos que nos nutren.


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https://malinkymiroslav.bandcamp.com/album/el-peque-o-miroslav-tiene-hambre

sábado, 21 de septiembre de 2019

Un piano aleatorio en una página web

Me ha quebrado la noche
una máquina cantando.
Lo más triste de esta melodía
es que se lanza al azar,
electrónica aleatoria
dispuesta a partirnos el alma.
Nos ha ganado la guerra
un mecanismo,
con su más exquisita cadencia
atacando nuestras lágrimas.

Donde deberíamos contemplar una llave,
apenas si intuimos un pozo eterno.
Agarrarse a las nubes en el vendaval
porque en lo humano se perdió toda raíz.
Qué desconsuelo de campo abierto
con su paladar de monte lejano,
su sed inextinguible.

Aunque lluevan mares y alrededor,
se inunden plazas, se arremolinen
coches en cañadas y cárcavas,
la lluvia no llega aquí,
ni roza esta amargura
de árbol olvidado por las nubes.
Tras la tormenta,
todavía goteando su reverbero
en canalones y aleros,
esta ciudad recuerda
a un motor oxidado,
viejo, arrojado a su suerte
en mitad de un solar a las afueras.

Estas manos rotas en su objeto.
Este eco oscuro y pesaroso
cuando nos preguntamos.
Este mirar a mañana para seguir
durmiendo en el ayer.


lunes, 16 de septiembre de 2019

Una vejez entre placas base

No esperaré al cuerpo gastado
para disfrutar las fuentes
en la mañana del lunes.
Ya es imposible confiar
en bienestar alguno,
dejarse llevar por los rieles,
que un mecanismo nos arrope
a la noche.
Hay engranajes.
Sí.
Hay silicio y sensores.
De acuerdo.
Pero no respiras mejor,
como un ordenador de a bordo
no mejora tu seguridad
y prefiere enredarte los dedos
parar anudarte fatalmente
al asfalto afilado.
No esperaré a ser
cuando ya no sea posible
distinguir el cielo del reloj.

viernes, 13 de septiembre de 2019

Nada es tan desalentador

El ser humano es
esa criatura
que podría sublimarse
en su propia naturaleza;
pero ha escogido asumir
la genética enloquecida del virus.
Podría haber domado el instinto
pero feliz sucumbe a él, suicida.
Perfecto producto de un planeta
elaborado a hostias,
afecto al vértigo de las polillas.
Por cada anarquista presto
a ajusticiar tiranos,
hay un millón de esclavos
con venas abiertas, dispuestas 
a resucitar al sátrapa
y linchar al relámpago
a cambio de más hambre.

lunes, 9 de septiembre de 2019

Cuestión de garras

Llaman privilegio a comer tres veces al día.
Esperan justicia de un cargo electo
cuando hay compañías que compran países.
No creen que las oposiciones de colores
sean mercenarios pagados desde fuera.
No pueden negar, no obstante,
que las mafias armaron esquiroles en Chicago
y eliminaron sindicalistas en Marsella,
con dinero de la CIA.
A este redil de criaturas estabuladas
intentan reducir la izquierda,
convertida en un desfile de grotescas figuras
de ego hinchado en su moralidad petulante.
“No siente la libertad quien nunca
se ha sentido oprimido”,
decía Pessoa.
Y me parece a mí que, incluso en libertad,
muchos optan por sentirse oprimidos.
Muy oprimidos.
Como si la vida en este planeta
no fuera una cuestión de garras.

jueves, 5 de septiembre de 2019

Síndrome sin pausa

Es septiembre, volvemos con furia
a nuestras vidas de mierda, prestos,
desesperadamente prestos
a atropellar gatos
camino a polígonos industriales.
Acompañan nuestro regreso al zulo
fuegos artificiales tras una alambrada
tejida entre postes flanqueando
radiales de extrarradio...
Estallidos de fuegos artificiales en la lejanía,
sordos, ahogados, latidos perdidos.
El pecho nos pulsa apagado,
un batir quebrado de ascua moribunda
en la última noche de fiestas,
pavesa triste de cohete
que sabe próxima la oscuridad.
Cae grave la nostalgia del horizonte perdido.
La nostalgia son dedos patinando
en una pantalla, fotografías
de un verano de saldo,
aglomerado como el metro en hora punta.
Tu cámara te engaña cada agosto: 
la vida es más marrón.
Respirar es amarillo.