Hablo del dolor desde un vacío
que duele por vacío,
hablo de un dolor que no debería sentir,
por ser de nadie y de todos,
que no habita mi hogar,
mi cuenta bancaria,
mi día a día… pues vivo fuera.
Este dolor que es mío por alusiones
pero que no me abre en canal:
es su reflejo,
su condición de semillero o columna
lo que produce estas heridas
que se abren como bocas en mi cuerpo.
Es un malestar de rebote,
simpático y mecánicamente solidario,
inevitable cuando veo otro rostro.
....
Adaptado así:
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