Huir del espejo y el ruido
hasta un parque alejado de la jornada asalariada.
En los barrios nos devoran
las mismas hormigas que habitan los museos.
Mientras silbe el café en calles adoquinadas,
bajo el sol y los vencejos,
habrá un camino y su excusa.
Paseo por Madrid y por un momento
el júbilo y la fiesta me muestran mimbres del mayor futuro.
Hasta que recuerdo lo bien que arden muertos
los juncos, las cañas, el carrizo.
Paseos de entremañana por Madrid,
eructos de pincho de tortilla, lectura tras cristales de bar,
visceral polaroid del deambular ajeno al mercado.
Derribar paredes en la angustia
de quien no puede detener el verano.
Quise relatar este despeñarse del mundo en estío,
pero faltaban huesos con que levantar la pluma el vuelo.
hasta un parque alejado de la jornada asalariada.
En los barrios nos devoran
las mismas hormigas que habitan los museos.
Mientras silbe el café en calles adoquinadas,
bajo el sol y los vencejos,
habrá un camino y su excusa.
Paseo por Madrid y por un momento
el júbilo y la fiesta me muestran mimbres del mayor futuro.
Hasta que recuerdo lo bien que arden muertos
los juncos, las cañas, el carrizo.
Paseos de entremañana por Madrid,
eructos de pincho de tortilla, lectura tras cristales de bar,
visceral polaroid del deambular ajeno al mercado.
Derribar paredes en la angustia
de quien no puede detener el verano.
Quise relatar este despeñarse del mundo en estío,
pero faltaban huesos con que levantar la pluma el vuelo.
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