martes, 22 de enero de 2019

Cabronías (VII)

Gente que habla a sus perros,
no porque esté loca;
simplemente a sus perros
les encanta escuchar.
Perros que rodean el césped
para no pisarlo.
No quieren mojarse las patitas,
los muy señoritos.
....
Me gritan: ¡Estigmatizador!
Recojo el testigo y mejoro la oferta:
“Ahora estigmatizo el doble que antes
y por la mitad de esfuerzo gracias
a mi Stigmatizator 2000”.
Así refuerzo mi estigma.
….
El ayuntamiento del cambio ha colocado
una placa de homenaje al quinceeme.
No se me ocurre mejor mensaje,
nada tan meridianamente claro
para certificar la muerte
de tan corrosivo espejismo.
….
Y es que los alleycat no dejan de ser eventos
para el pepero profundo
que guardas bien en las tripas,
al que le encanta ir de alternativo.
En tu flipada de ego,
tus vecinos somos obstáculos
y tienes que derrotar a tus oponentes
aunque nos pongas en el punto de mira.
….
Aprendía idiomas con suavidad
pues me enamoraba a fondo perdido
en otras latitudes.
Eché el ancla y olvidé los diccionarios.
…..
Me vendes gusanos en las coles
pero yo sigo comprando en tu puesto.
Si esto no es amor de barrio
y sus susurros de pequeño comercio…
…..
Te lanzaste a la jungla sin plano
y te mordieron los monos.
No me digas ahora que es mía la culpa
por no esperar nada bueno
de un simio rabioso.
….
Esa gente que alberga a un sicópata,
que se derrite con vídeos de perros
pero va dando navajazos con el mundo.
...
Me exigís contexto y razones para mis líneas
cuando vivís en la inercia y la falta de preguntas,
la ausencia de historia y de materia.
….
Todo el mundo dejándose los cuartos
por las bambas de un icono del hardcore,
y a mi me las regaló una loca
y ahora las calzo con otro cuento bien distinto.
….
Quizá se acabó la hora de ir publicando
cada buen gesto que tengas,
cada bala que disparaste,
cada herida vendada,
y simplemente disfrutar de tu armario,
recorrer en secreto sus galerías.

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