viernes, 4 de enero de 2019

El liviano gesto del pulgar...

El liviano gesto del pulgar,
aplastando hormigas
despreocupado.
La fascinación de la muerte
dispensada a capricho,
despojada de su peso.
Avería en el motor,
en su escritura una hipérbole
sin elipse ni impacto.
Algo torcido, sin solución,
que nos desborda.
No hay atajos a la noche...
la noche siempre gana la carrera
cuando cruel derrama el alba
con un manotazo ebrio.
La cama llena de hormigas,
un sumidero en la almohada
y bajo el vientre una cuchilla.
Ni escondido en las libretas,
ni en el carro de la compra,
ni en el giro de las bocas...
no queda tiempo en ninguna parte;
no queda ni aguarda.
Con la helada en los tuétanos
y a la luz de las antenas,
enmudecen las gargantas
y reina el óxido.
Hay un hilo sin aguja
que nadie quiere seguir.

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