lunes, 14 de enero de 2019

Te haces viejo... (II)

Te haces viejo porque has empezado a añorar la primavera.
Porque las promesas de año nuevo no tienen fecha
y sólo las dicta el camino incierto.
Porque no tragas como libertad y margen de acción
lo que es puro abandono del desgobierno.
Porque cada vez hay menos sonidos cálidos
como el rumor de la madre en la habitación vecina.
Porque adviertes cómo nos roban la ciudad,
lentamente, sin vergüenza, a la cara:
Teatro Movistar, estación de metro Vodafone y
las bicis que seguirán estorbando
en la nueva dictadura rauda de los coches a pilas.
Te haces viejo porque esquivas los problemas:
ya no sueldan bien los huesos rotos.
Porque cada vez que juegas con fuego
no olvidas los tijeretazos del oligarca
al cuerpo de bomberos.
Porque has visto las plazas secarse aunque brillaran,
y el deporte comienza a ser roca de Sísifo
en la pesada decadencia del ADN,
sus crujidos de rodilla cada vez más cómplices.




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