martes, 6 de septiembre de 2022

Síndrome de Diógenes

Sí soy consciente, sé que intento escapar
de las preguntas, los problemas,
qué hacer con el dinero se tenga o no,
los padres que ya se apagan,
los caminos devorados por la maleza
de los mismos oligarcas miserables de siempre.
Sí entiendo y reconozco que intento la huida
acumulando en casa torres de poesía
de segunda mano, subterránea,
construyendo con páginas atalayas y puentes,
acueductos de versos demasiado ligeros
para otras bibliotecas, olvidados incluso.
Arquitectura de sintaxis e imágenes hondas
trepándose entre sí por esquinas, mesas y estantes,
escoltando el trono mas íntimo en el baño.
Una ciudad de libros de ocasión,
de libros que fueron gangas antes que amnesia,
se extiende por el pasillo y el escritorio.
Esta urbe habrá de albergar nuevas preguntas
de las que seguir escapando
en un círculo absurdo, con grietas, tan bello.




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